La historia de la Fundación Crisálida
Fundación Crisálida nació en el verano de 2009 con la voluntad de ayudar a la integración de personas con discapacidad intelectual.
En el obrador elaboran el pan, el mismo pan que les ha permitido desarrollarse y seguir creciendo.
Desde julio de 2009, y gracias a la creación de una panadería artesanal gestionada como centro especial de empleo – seguramente el único del país -, la Fundación Crisálida emplea con contrato, nómina y cotización, hasta 20 personas con discapacidad intelectual.
Todo esto se ha hecho en Camporrells, un pequeño pueblo en un magnífico entorno rural, de solo 100 habitantes, en la Franja de Aragón. Allí viven, intentando reproducir la función básica de cualquier familia.
«Crisálida nació cuando todos y cada uno de nosotros ya formábamos parte, sin ninguna distinción, de una gran familia y un pequeño pueblo».
El impacto de la Fundación Crisálida
Un horno de pan como eslabón central de un innovador proyecto de integración.
Es el sueño que Jacinto Marqués puso en marcha hace cinco años a través de la Fundación Crisálida en Camporrélls, Huesca. Un horno de pan que nació con el objetivo de darles un futuro a sus dos hijos adoptados, ambos con discapacidad intelectual, y que un lustro después ya da trabajo y residencia a ocho personas con discapacidad.
Con un contrato y cotizando a la seguridad social y, para su jubilación, trabajan cada noche y reparten después el resultado de su esfuerzo por toda Aragón y Cataluña.